Dioses del olimpo

Las Leyendas De Un Amor Trágico "Pélope y Hipodamía"
En la antigua Grecia, Pélope era un príncipe de gran belleza y nobleza, hijo de Tántalo, el rey de Lidia. Un día, Pélope se enamoró perdidamente de Hipodamía, la hija del rey Enómao de Pisa. Sin embargo, Enómao había hecho un juramento de que solo daría la mano de su hija en matrimonio al hombre que lograra derrotarlo en una carrera de carros.  Muchos pretendientes habían intentado vencer a Enómao, pero este los asesinaba sin piedad. Pélope, decidido a conseguir el corazón de Hipodamía, se enfrentó al reto. Recurrió a Poseidón, quien le obsequió un carro alado y caballos inmortales, dándole una ventaja sobre Enómao. El día de la carrera, Pélope superó a su rival, pero en un acto desesperado, Enómao intentó embestir el carro de Pélope. Sin embargo, los caballos de Pélope eran más veloces y Enómao acabó pereciendo en el accidente. Pélope, triunfante, reclamó a Hipodamía como su esposa. Aunque finalmente había conseguido el amor de su amada, la tragedia se cernía sobre ellos, pues Tántalo, el padre de Pélope, había cometido un terrible crimen que ahora les perseguiría. La leyenda cuenta que Pélope y Hipodamía vivieron atormentados por la culpa y el remordimiento, y que su amor, inicialmente tan apasionado, se convirtió en una unión llena de sufrimiento y dolor.
Pélope	Hipodamía	Enómao
Era un príncipe con una gran belleza y amabilidad, hijo del rey Tántalo. Se enamoro de Hipodamía, a pesar de los obstáculos estaba decidido a conseguir su mano.	Era la bella y codiciada princesa, cuya mano era codiciada por muchos. Su padre había impuesto un mortal desafío, pero quien logre superarlo se casaría con la princesa.	Era el padre de Hipodamía, el desafío que acordó fue para evitar que su hija se casara, ya que temía perder el control sobre ella